Por: José Cruz Delgado

Parácuaro, tierra sin ley

No bastan las declaraciones de funcionarios encargados de la seguridad ni de los gobernantes en turno para terminar con los problemas que aquejan a la sociedad, principalmente en lo que se refiere a la inseguridad, los ciudadanos exigen hechos, no poses ni promesas vanas.

Un grito desesperado de auxilio de los habitantes del municipio de Parácuaro al gobierno estatal es lo que se escucha luego de muchas balaceras que han ocurrido en las últimas semanas y que ponen en peligro sus vidas.

A causa de los enfrentamientos registrados en las últimas 48 horas, decenas de familias de rancherías han tenido que abandonar su hogar, sus pertenencias y sus tierras para huir de la violencia en busca de un lugar más seguro.

Los campesinos temen salir a sus labores cotidianas por temor a ser confundidos y asesinados por grupos de civiles fuertemente armados que han llegado a esta municipalidad buscando el control absoluto, posiblemente para realizar actividades ilícitas.

Las calles de la cabecera municipal lucen vacías, sus habitantes tienen temor de salir porque saben a ciencia cierta que de un momento pueden soltarse las balaceras y pueden perder la vida al quedar en el fuego cruzado.

Muchas familias que salieron huyendo de las constantes balaceras, principalmente en la tenencia de Antúnez,   fueron alojadas en albergues improvisados, según lo dicho por el alcalde de Paracuaro Uriel Bautista Cabrera quien confirmó la ola de violencia e inseguridad que se vive en la Tenencia de Antúnez después de los enfrentamientos que se registraron el pasado martes y los primeros minutos del miércoles, luego de ingresar un gran número de unidades motorizadas con sujetos fuertemente armados que hicieron disparos para atemorizar a los habitantes, por lo que decenas de familias prefirieron salirse de sus domicilios para trasladarse a refugios improvisados en escuelas así como en la iglesia del lugar.

Desde hace tiempo muchos se fueron del pueblo, ya que Michoacán está peor, mucho peor que antes, es un desmadre entre tantos levantones, ejecutados, cobros de cuota y extorsiones, relata un habitante del lugar.

En Michoacán la historia del desplazamiento obligado de personas a consecuencia de la violencia o presencia de grupos delictivos, debe evitarse a través de la efectiva aplicación de políticas públicas, encaminadas a resolver el tema de la violencia desde sus causas y por ello se deben de fortalecer las acciones de justicia social.

La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos, reveló que en 2016, al menos 21 personas tuvieron que abandonar su lugar de residencia de manera temporal o permanente con el fin de salvaguardar su vida a causa de la violencia en Michoacán.

Los habitantes de ese municipio piden al gobierno del estado militarizarlo para que haya seguridad, porque de otra manera tendrán que abandonarlo hasta que haya garantías paz y seguridad y poder regresar.