Morelia, Michoacán, a 26 de octubre del 2020.- Los michoacanos debemos cerrar filas, pero para exigir a Silvano Aureoles que asuma su responsabilidad como gobernador y le cumpla a los habitantes del estado, porque desde hace dos años sólo hemos visto cómo su gobierno desmantela las políticas públicas y deja inconclusos proyectos, sentenció el diputado Alfredo Ramírez Bedolla.

Cuando se frustraron las aspiraciones de Silvano a ser candidato a Presidente en 2018, se acabó la posibilidad de tener un buen gobernador, porque su desempeño como servidor público siempre ha estado determinado por coyunturas electorales, no por las necesidades de Michoacán y su gente, sentenció el legislador de Morena.

En su evento denominado cierre de filas por Michoacán, Silvano Aureoles hizo un recuento de programas federales y fondos que han dejado de operar en la cuarta transformación por ser incubadoras de corrupción, como el Ramo 23 conocido como de “los moches”, o fideicomisos que operaban en absoluta opacidad .

Lo que no nos dice Silvano es qué resultados hubo con la extinción de dependencias en su gobierno, tampoco habla de la desaparición de programas como Beca Futuro o a Toda Máquina, mucho menos reconoce el fracaso de proyectos como las comunidades modelo o las Ciudades Mujer, y no explica con transparencia porqué retiene a municipios los recursos que la federación ha radicado a Michoacán en tiempo y forma, abundó Ramírez Bedolla.

El diputado local reiteró que Michoacán se mantiene a flote gracias al gobierno federal, ya que los programas del bienestar han sido clave para mantener el consumo en la economía local, y por instrucción del Presidente Andrés Manuel López Obrador se asignan al estado más de 3 mil millones de pesos extraordinarios para el pago de nómina educativa, lo que implica un rescate financiero que el gobierno del estado no ha sabido aprovechar.

Silvano Aureoles sabe que su gobierno tiene deudas pendientes con el gobierno de Michoacán, por eso busca desviar la atención hacia la federación, y que el Gobierno de México sea el chivo expiatorio de su sexenio fallido, concluyó Ramírez Bedolla.