Morelia, Mich., a 13 de Octubre de 2019
SÍNODO DEL AMAZONIA: DE LA IGLESIA PARA LA IGLESIA
Con mucha esperanza del 6 al 27 de octubre, con el tema “Amazonia: nuevos
caminos para la Iglesia y para una ecología integral”, se vive el Sínodo de la Amazonia.
El objetivo principal es identificar nuevos caminos para la evangelización de esa porción
del Pueblo de Dios, especialmente de los indígenas, frecuentemente olvidados y sin la
perspectiva de un futuro sereno, también como resultado de la crisis de los bosques
amazónicos, pulmón de capital importancia para nuestro planeta.
El Papa convocó el Sínodo acogiendo el deseo de algunas conferencias episcopales
de América Latina, así como las voces de varios pastores y fieles de otras partes del
mundo.
El Sínodo retoma las directrices pastorales del Papa Francisco. Desde el principio de
su ministerio papal, Francisco ha insistido que la Iglesia necesita caminar, no puede
permanecer sentada en su casa, cuidando sólo de sí misma, encerrada entre paredes.
La Iglesia necesita abrir sus puertas de par en par, derrumbar los muros que la rodean y
construir puentes. Una Iglesia “en salida” para encender luces y calentar corazones que
ayuden a la gente, las comunidades, los países y la humanidad a encontrar el sentido de
la vida y de la historia.
La misión de la Iglesia en la Amazonía es el nudo central del Sínodo, la temática será:
a) Iglesia en salida en la Amazonía y sus nuevos caminos; b) El rostro amazónico de la
Iglesia: inculturación e interculturalidad en ámbito misional-eclesial; c) La ministerialidad
en la Iglesia de la Amazonía: presbiterado, diaconado, ministerios, el papel de la mujer;
d) La acción de la Iglesia en el cuidado de la Casa Común: escuchar a la tierra y a los
pobres; ecología integral: ambiental, económica, social y cultural; e) La Iglesia amazónica
en la realidad urbana; f) La cuestión del agua.
En el Sínodo participarán obispos de los nueve países cuyos territorios abarcan
porciones de la Amazonía: 4 de Antillas, 12 de Bolivia, 58 de Brasil, 15 de Colombia, 7
de Ecuador, 11 de Perú y 7 de Venezuela. También participarán 13 jefes de dicasterios
de la curia romana, 33 miembros nombrados directamente por el Papa, 15 elegidos por
la Unión de Superiores Generales, 19 miembros del consejo presinodal, 25 expertos, 55
auditores y auditoras, 6 delegados fraternos y 12 invitados especiales.
PREVENIR, MEJOR QUE LAMENTAR
Hoy 13 de octubre se celebra el Día Internacional para la Reducción de los Desastres,
con el objetivo de minimizar los riesgos derivados de los desastres naturales y generar una
cultura mundial sobre prevención y preparación ante fenómenos naturales. Los desastres
naturales se refiere a las pérdidas de vidas humanas y materiales como consecuencia de
fenómenos naturales.
El tema para este año 2019 es: “Reducir el daño por desastre a la infraestructura
crítica y la interrupción de los servicios básicos”. Dados los altos índices de muertes,
especialmente en terremotos y tsunamis, es especialmente importante poder garantizar que
las escuelas y los hospitales estén construidos de acuerdo a parámetros de durabilidad. Ello
pasa, porque se cumplan las normas de planificación de ubicación y peligro y los códigos
de construcción. La mayoría de muertes a causa de desastres naturales se deben a eventos
meteorológicos en especial, inundaciones, tormentas y olas de calor. Otra parte importante
se da por eventos geofísicos extremos, en especial terremotos, tsunamis y erupciones
volcánicas.
Los desastres naturales, muchos de ellos, consecuencia del cambio climático, hoy
por hoy son inevitables, pero los daños que causan pueden minimizarse si se toman algunas
medidas concretas. Concretamente son los gobiernos locales y regionales los que tienen
que hacer un esfuerzo para la preparación y la respuesta a las catástrofes.
El objetivo de este día es generar una cultura de prevención ante fenómenos
naturales, y para ello, lo primordial es la educación. Todos debemos informarnos a cerca de
cosas que podamos hacer para estar preparados y poder ayudar en caso de un desastre.
No se trata de estar permanente asustados, pero sí de saber prevenir y responder (por
ejemplo, cuando entremos en un edificio observemos cuál es la salida de emergencia más
cercana…) y así en caso de un terremoto, una alerta de sunami, etc.
Invito a todos a una verdadera cultura de prevención que tendrá que reflejarse en la
educación en espacios formales como escuelas, universidades, empresas, iglesias y demás
instituciones que tienen capacidad para hacerlo, como en espacios informales, como en las
colonias y en los espacios públicos. Generemos y favorezcamos una cultura de prevención
y cultivémosla de manera permanente.
+ Víctor Alejandro Aguilar Ledesma
Obispo Auxiliar de Morelia