Por Daniel Ambriz Mendoza
Me alegra que siga existiendo la capacidad de asombro, lo digo por las manifestaciones escritas y gráficas que he visto a través de las redes sociales provocados por los lamentables hechos ocurridos en un colegio escolar en el estado de Coahuila. No hay palabras, nada consuela, pero existe una causa y un efecto, ley universal infalible…lo escribí en varias de mis columnas a través del tiempo y lo sigo sosteniendo: la invitación a destruir las instituciones, la falta de respeto a las investiduras, la desobediencia civil, el desacato a la ley y el ataque a la propiedad privada, impulsada desde un partido politico de “oposición” desde hace 31 años, ha hecho estragos y ahora se padecen los efectos…lo que inició como un juego o una ocurrencia, ahora es una realidad, una pesadilla. Pero en la actualidad, ¿Seguirá avivándose el fuego cada mañana? Si esto no se detiene vendrán cosas peores, ¿eso queremos? ¡Actuemos ya! ¡Urge! ¡Hechos no palabras, desde cada familia y desde cada escuela! ¡Tapemos ya ese pozo pero antes de que se ahogue el niño, no después!