¿Por covid?

Por: Lilia Cisneros Luján

15 de marzo 2021

Además del quédate en casa, usa el cubre-bocas, guarda la sana distancia, una frase machacada durante el 2020, fue el “prepararnos para la nueva normalidad” ¿Qué hemos entendido cada quien por esa suerte de promesa o quizá advertencia? Mientras ese tiempo llega, hemos sido testigos de como cada día aumentan los muertos, no solo resultado de la pandemia, sino de los homicidios violentos que resaltan si son calificados como feminicidios o pueden perderse en la lista de desapercibidos si los fallecidos son jóvenes, adolescentes o adultos, sobre todo pobres. La furia feminista, los accidentes, los incendios, las luchas entre civiles y policías, hostigan al ciudadano confinado, que igual recibe infinidad de veces las mismas imágenes y comentarios por el medio que sea: teléfono, radio, televisión ¿Se trata de acostumbrarse a la destrucción de bienes materiales y agradecer que no haya pérdidas humanas? ¿La idea es recubrir a la población de una capa de insensibilidad si las cifras de difuntos o de enfermos con secuelas suman millones? ¿Nos tranquiliza saber que hay más decesos en otro país?

Cuando nos “avisan” de un famoso finado la primera pegunta es ¿Por covid? Y después del temor y el sobrecogimiento parece llegar un cierto remanso de tranquilidad si la respuesta es ¡noooo! tenía cáncer en la columna, le dio un derrame, estaba diabética y así vemos con merecida resignación el final de las Iselas, los Cepillines, los Castro y hasta políticos aspirantes a un puesto o rechazados por la gestión que está por terminar. Mientras no se trate de covid, parece un poco más soportable. ¿Te acuerdas de –viene el nombre de un condiscípulo o un colega profesional- pues ya se nos fue? Y la pregunta permanente sigue siendo ¿Por covid?

En espera de la nueva normalidad, el recibo de luz llega al triple, el gas surtido desde hace 40 años por su empresa de confianza, debe dejarle solo la cuarta parte del tanque porque no le alcanza, las empresas competidoras le hacen descuento; pero usted teme que le explote la pipa en la puerta de su casa y prefiere no acudir a las instancias de reclamación no sea que le vaya tan mal como a los abogados o los jueces, obsesionados en cumplir con la Constitución y las leyes vigentes ¿Será que la necedad propia nos impide adentrarnos en los otros datos? ¿qué tal si el problema es que no nos hemos actualizado en los sistemas jurídicos dictados por alguien que desprecia el derecho, pero impone su justicia personal? ¿Alguien ha comentado las consecuencias destructivas de lo único que da equilibro a la convivencia social, es decir la norma diseñada en el contexto histórico y con la participación de todos?

Con preocupación cientos de propietarios de clase media se quejan de que les han amenazado con expropiarles sus casas adquiridas con hipoteca pagada con muchos años de trabajo; la extinción de dominio no es porque hayan cometido algún delito, simplemente la falta de ingresos desde el 2019, les ha impedido liquidar el predial como lo hacían siempre: anual y con los descuentos que ahora les benefician por su edad. Y ya que hablamos de gente que trabajó por cuando menos 6 décadas muchos se preguntan ¿porque jinetean mis mil doscientos pesos mensuales, que no es un regalo de nadie sino un derecho plasmado en las leyes desde el inicio del siglo XXI? Con pequeñas diferencias de matiz, esto igual ocurre en España, Francia, Dinamarca y casi una decena de países, que decidieron desoír, la propaganda de una marca de vacunas, después de cuya aplicación varias personas han muerto. ¿En México estamos en libertad de rechazar vacunas cuyas consecuencias son fatales? ¿Podemos hacer eso si las inyecciones de inmunización, nos han sido entregadas por habernos comprometido a cubrir la tercera etapa de las investigaciones? ¿Por qué no hay claridad en el monto de lo supuestamente pagado para compra de tales vacunas? Muy interesante lo investigado por diversos analistas –Eduardo Madina por ejemplo en España-, acerca del impacto anímico, derivado de la pandemia. ¿qué factor es el que ha impulsado el alza en los intentos de suicidio, la ansiedad o el temor a la muerte? ¿Las reacciones violentas –de las mujeres o de los civiles en general- se exacerban como resultado de las mentiras o de agresiones pasadas no resueltas? Este tipo de venganza individual o colectiva, ¿disminuye la fuerza del empoderado en el gobierno? ¿Será una campaña para aumentar los seguidores de la Santa muerte? Gritos y destrucción ¿son herramienta eficaz para la justicia o simple y llanamente un sentimiento de revancha donde urge cualquier tipo de desquite?                                                                                       En todos los países han aumentado los cuadros de depresión y ansiedad, tanto en personal de la salud como en la población general. Aun cuando los jóvenes se suponen no son el mayor riesgo -estudio canadiense- la depresión en ellos se manifiesta con miedo a morir o enfermar, hartazgo del confinamiento, alto índice de contagios, defunciones de amigos, pérdida de empleo, dificultades económicas –sobre todo las que impiden el beneficio de una beca- y en general la incertidumbre de los que les ocurrirá en el futuro. Al igual que en países lejanos o del continente tenemos que afrontar la tristeza combinada con el coraje producido por las amenazas de aplicar impuestos no válidos[1], los abusos derivados de la extorsión para obtener una cita en el SAT, la frialdad con la que los bancos aumentan las deudas derivadas de créditos al consumo, la incomprensión del camino tomado por algunas ancianas, que en su soledad ofrecen hospedaje de una de sus recámaras, para tener compañía y algún ingreso para comer. Hace 4 décadas aprendimos de España, que los profesionistas podían salir adelante si se empleaban como taxistas o choferes con servicio al turismo ¿será esa nuestra opción? Hoy retoman ese camino, emprendedores que tenían una panadería, la recaudería o los pequeños restaurantes ¿Si lo suyo no es la conducción de un auto prefiere competencia al ambulantaje, con la medida de “ampliar terrazas”, como dicen en Valencia?

1] En USA, España y varios países europeos, se estudian presupuestos para ayuda, post pandemia., aquí en cambio te inician procedimientos de liquidación por ausencia de pago de servicios e impuesto predial ¿que podías hacer si no había oficinas, no usas internet y además No podías salir de casa y no tienes trabajo