¿Cuando comenzó?
Por: Lilia Cisneros Luján (un pensamiento de cariño, para todos los que han pasado a otro mundo iniciando por Luis Donaldo)
25 de marzo 2021

Hace 27 años, nos reponíamos de la amenaza de guerra interna que nos lanzara el ejército zapatista, evaluábamos el resultado de una sucesión de actividades, que culminaron en aquel desayuno que nos encargó María Angélica Luna Parra y que se realizó conforme a lo planteado con el arropamiento de decenas de organizaciones de la sociedad civil. En preparación de ello y aun antes de que el PRI definiera quien sería su candidato, igual coincidimos para escuchar las diversas ofertas y planteamiento que hacían muchas de esas asociaciones filantrópicas al todavía secretario de desarrollo social. ¿Nos pusieron en una lista para desaparecernos o perseguirnos? ¿Se quedaron las peticiones en el limbo de la burocracia?

Definitivamente en ese pasado que muchos no conocieron y al que se refieren con desprecio solo por los referentes que les ha imbuido la propaganda de los carentes de calidad moral, invitaba a redoblar esfuerzos, a cumplir metas a sumar entre gobernantes y gobernados todos con un interés común, unirnos para lograr mejores condiciones de vida a los menos protegidos

Para regocijo de unos y enojo de otros, fue Luis Donaldo Colosio el elegido por aquel partido tan defenestrado en el siglo XXI y hoy convertido solo en iconos propagandísticos con muy escaso contenido. Aquellos militantes no habíamos estado exentos de conductas cuando menos incómodas; sí había ausencia de decoro en algunos políticos cuya distorsión sexual le hacía creer que cualquier secretaria o colaboradora del nivel que fuera, debía plegarse a los excesos de un jefe, algunas callaban –sobre todo aquellas que visualizaban un despido ipso facto- otras guardaban sus reclamos –sobre todo las más preparadas- para tiempos más idóneos y con el tiempo daban alguna entrevista, entablaban una demanda o escribían un libro. No recuerdo manifestaciones violentas que salieran del ámbito de lo privado y en el tema de las oportunidades de participación política privaba la disciplina, la paciencia, el entendimiento de que quien la hace la paga y sobre todo la discreción cuando los límites eran rebasados. Por supuesto que había actos injustos, algunas barbaridades, que se repudiaban con discreción y cierta semilla de preocupación sobre todo a finales de los ochenta como resultado del cambio de intereses tanto en los militantes activos, como en algunos que empezaban a recorrer el sendero de los tránsfugas.

No se si muchos o pocos, pero aquellos cuya falsedad respecto al entendimiento de los principios generales del PRI, la lealtad de grupo y la honestidad, hoy siguen actuando, pero sin lo tricolor de la patria, agrupados por inercias negativas como el mentir, el vengarse, el trepar por sobre el bienestar del otro y lo que es más grave, el desprecio por la ley. Aun cuando no se daba lugar a los abogados, como históricamente había sido, hace 27 años, nos dedicábamos a trabajar en lineamientos que el ya electo como candidato requería, para integrar a su campaña y su mandato. Recuerdo, aquella reunión, en el auditorio del edificio pequeño del PRI Nacional, en el cual diversos grupos de juristas, expresábamos nuestros puntos de vista; hablaba Jesús Cortázar Murphy, presidía entre otros el Lic. Humberto Rubalcaba, y de pronto este colega –hoy preso en el alzheimer- interrumpió el evento para comunicarnos que Luis Donaldo Colosio había sufrido un atentado. Además de sus hermanas y sus descendientes ¿hay en México personas que se duelan de este lamentable homicidio?

Aquel orador interrumpido, Manque como le llamábamos los amigos y muchos otros que realmente, sentimos ese acto criminal como algo que nos traerías fatales consecuencias como país y como ciudadanos, ya no están en esta dimensión o dejamos de participar en el PRI[1], no nos afiliamos a ningún otro partido aun cuando somos partícipes de la corriente que considera que son estas las instituciones que mejor garantizan la democracia. A quienes estamos en esta condición, nos entristece darnos cuenta de cuantos tránsfugas son peores que chapulines. Los muy mayores que con todo y los embates vengativos, hemos decidido permanecer en esta maravillosa tierra mexicana, extrañamos a los nietos que mejor estudian y piensan hacer su vida en Alemania, Francia, España, Canadá o los estados Unidos, porque en México tienen miedo ¿Pensarás en esto el próximo mes de junio?

La educación impartida los últimos 20 años y el abandono de muchos de los valores nacionales ante la preeminencia de intereses particulares y de grupo se observa hasta en la deficiente forma de usar el lenguaje. La oratoria es entendida por muchos como una conducta religiosa, la ortografía hace fruncir el ceño de propios y ajenos, la fama se usa como una capa protectora que oculte la mediocridad, la muy limitada honestidad y la ausencia de madurez emocional. Lo que se entendía como una “contribución” a la administración gubernamental, se usa como limosa de parroquia pueblerina, a donde siguen reuniéndose pordioseros desarrapados y casi vagabundos, mezclados con vivales improductivos. A 27 años del homicidio de un priísta que parece no haberles dolido a muchos, la clase media que a fuerza de trabajo logró un hogar respetable y decoroso, tiene teme que el SAT le confisque su propiedad, ya no tiene ningún estímulo para contribuir y si ve a los impuestos como eso; una imposición casi siempre injusta y pretextada para desposeerlo del resultado de su trabajo de toda una vida. Ojalá que mañana 23 de marzo, muchos podamos ejercitar la memoria recordando este infausto momento en la historia de México, que no solo mató a una persona preparada, sino frustró el sano desarrollo de un país.


[1] En mi caso, yo nunca renuncié, implemente advertí que mientras se diera lugar a la realeza de la basura, en detrimento del derecho y el orden social, se evitara invitarme a participar y como sorpresa este año me percaté que no existo en los padrones, sin que se diga quien me borró.