Por: Lilia Cisneros Luján
Burócratas
15 octubre 2018
En el mundo de las buenas intenciones, soñadores, coinciden con Max Weber, que vio a la burocracia como una organización preocupada en puntualizar la precisión, la rapidez, la exactitud y la eficiencia mediante una supervisión jerárquica detallada en regulaciones precisas. ¿Ha pensado en esto cuando el empleado de alguna contraloría cuestiona su queja con un “le he respondido conforme a la ley” “le contestamos a tiempo”, “tiene que pagar aunque su servicio esté suspendido”?
Y es que esa forma de organización que se originó aparentemente en Francia, cuando alguien detrás de un escritorio –buró- ejerce funciones de gobierno –kratos en griego- asumiendo con poderes casi divinos, persiste aun cuando los cambios en la conducción de un país o una empresa, hayan sacado del sistema a personas que se supone son leales al que se fue.
El modelo se ha fortalecido con el poder de otras organizaciones, que defienden a los titulares de dichos escritorios como es el sistema de basificación en oficinas de gobierno, los sindicatos en empresas públicas o privadas y en muchos casos las organizaciones cuasi judiciales de defensa del “trabajador”. ¿Conoce personas cuya rotación no es argumento para impedir que ganen una demanda laboral, aun cuando su desempeño haya sido perjudicial para la oficina gubernamental o la empresa? ¿Es usted uno de los tantos ciudadanos que deben sufrir, la herencia de un empleado de ventanilla que lo odiaba, y deja todo un expediente “incriminatorio” para el que ocupe su lugar cuando él se vaya?[1]
La burocracia promueve como ningún otro sistema la “formalidad en las comunicaciones” Cuando miran el riesgo de ser señalados de forma que se vea afectado su ascenso por razones de meritocracia, hacen uso de toda suerte de reglamentos que justifiquen su opinión, aun cuando su puesto se supone exista para servir a los clientes o los ciudadanos. ¿Tiene idea de cuantas miles de quejas están pendientes de resolver en contra de una empresa de clase mundial como la CFE? ¿Sabe que sus reglamentos dicen que ellos tienen el derecho de cortarle el servicio y no se lo reinstalan a no ser que pague aunque se trate de un cobro a todas luces injustificado?
Se de una anciana que de pronto recibió un cobro por más de 20 mil pesos. Ella vivía sola, veía poca televisión, realizaba sus labres de sobrevivencia con la luz del sol y su consumo era entre 150 y doscientos pesos al bimestre hasta que le obligaron a cambiar su medidor. De poco sirve la luz a este tipo de personas aun cuando vivan en una casa de clase media alta que su marido o ella adquirieron con hipoteca; pero estas personas de la tercera edad se pueden resignar a no escuchar radio ni ver televisión, pero ¿la comida que le llevan sus hijos? ¿Como la puede mantener en buenas condiciones, si no funciona el refrigerador? Pues, así medio ciega fue al banco, para que le prestaran los más de veinte mil pesos, pagó a CFE y le reconectaron –con todo y el costo por la restauración de algo que ella no tenía la culpa- después de muchos meses, logró que le reconocieran que no había consumido 20 mil pesos en un bimestre aunque la luz sigue llegando por quinientos y hasta mil pesos bimestrales, aun cuando las tarifas no hayan aumentado
Por supuesto la burocracia se protege a si misma; al ciudadano afectado, le queda, la PROFECO, las comisiones de derechos humanos y si en el camino, como en el caso de la anciana que tomé de ejemplo, ella fallece, la deuda sigue al inmueble; o sea debe pagar las consecuencias el nuevo dueño, -si compró- arrendatario o hijos si les heredó. ¿Es esto constitucional? ¿Puede un sistema burocrático mantener leyes confiscatorias?
Con todo y las buenas intenciones, el resultado de las acciones burocráticas en general es lento y ocurre en todo el mundo, el burócrata le puede espetar frases altisonantes como: ¿Ya tomó su turno? ¿Por qué viene a solicitar este apoyo de seguridad social si no se mira pobre?, ¿De que vive? ¡Usted debe cotizar de menos 5 años en el seguro antes de aspirar a tener servicio médico!! Y estas frases se repiten en Inglés, francés, alemán o español y se dicen con voz fuerte a los viejos, porque los burócratas asumen que no oyen o que les falta energía para quejarse.
Recuerdo hace más de 30 años, que de la oficina de tránsito me habló alguien para confirmar, si el auto requisado era propiedad de la dependencia donde yo trabajaba y si el conductor era empleado de la misma. Resulta que el señor, no solo violentó el reglamento sino que con prepotencia presumió que no se le podía hacer nada porque era parte de la burocracia en la cual yo laboraba. A este sujeto que se sentía más influyente que la jefa, lo dejé merced de los oficiales de tránsito, mandé recoger el auto, pedí a recursos humanos, que me lo retirara de mi oficina y de ahí, la opinión de los burócratas de entonces fue “a esta vieja no le duran los choferes”. Hay ocasiones en que la supervisión jerárquica tampoco es eficaz y no se puede asegurar que el buen ejemplo sea algo que cunda entre quienes han logrado su sueño máximo de ser un burócrata cercano a alguien importante.
He tenido el privilegio de toparme con un ejemplar como los que seguro todos ustedes conocen: “yo se quien es Usted señora”, tengo todo su expediente y si no paga lo que consume debe estar en el buró de crédito. Lo que el señor Gilberto A –asistente de la directora de quejas de la contraloría de la CFE- no asume es que dejé de pagar 170 pesos, porque no los consumí y que debido al corte de servicio desde el mes de julio, no se justifica que me siga enviando boletas de consumo, solo por demostrar que el puede más que una mujer de la tercera edad, que se niega a “aprender como rica lo que los pobres sufren”. Ante la explicación contenida en “usted puede escribirle a Dios; todo lo que escriba, sus cartas a la presidencia, a las dependencias que cree que le van a ayudar, no le ayudan; lo único que puede hacer es pagar, porque de otra forma no tendrá crédito en ninguna parte” Lo bueno para mí es que no estoy buscando un préstamo, no me gusta mucho el crédito y no necesito tal reconocimiento. Al igual que muchos otros, puedo seguir viviendo aun cuando la CFE, me niegue por capricho de un burócrata, la razón y el servicio.
[1] Un burócrata se puede ir, por cambio de adscripción, jubilación, retiro o muerte, pero ninguna de esas causas impedirá que deje un expediente en el cual Usted sea indiciado.