Por Hugo Rangel Vargas.

En el texto denominado “Los Discursos de Tito Livio”, Nicolás Maquiavelo escribiría: “Esto es algo que merece ser notado e imitado por todo ciudadano que quiera aconsejar a su patria, pues en las deliberaciones en que está en juego la salvación de la patria, no se debe guardar ninguna consideración a lo justo o lo injusto, lo piadoso o lo cruel, lo laudable o lo vergonzoso, sino que, dejando de lado cualquier otro respeto, se ha de seguir aquel camino que salve la vida de la patria y mantenga su libertad.” Este principio denominado como la razón de Estado es el que da como valor supremo de cualquiera que se dedique a la función pública, el de la preservación y fortalecimiento del Estado.

Después de la escena en la que en una primera instancia, se niega la licencia al Senador Manuel Velasco, para que regresara a su encargo como Gobernador de Chiapas, y a la que le siguió, horas después, la votación mayoritaria por la afirmativa a esta solicitud; prosiguió la adhesión de diputados federales del Partido Verde a la bancada de MORENA en la cámara baja, con lo que los guindas garantizaron la mayoría absoluta en este poder así como hacerse de la dirección de los órganos de gobierno interno del mismo.

Lo “injusto”, “vergonzoso”, o el “camino sinuoso”; por el que transitó el partido de López Obrador en esta situación, ha dejado como consecuencia que esta nueva mayoría legislativa podrá hacer los cambios administrativos en la cámara de diputados, que ya han hecho en la de senadores; y con los que reducirían de manera importante los gastos que representan para el pueblo de México ambos órganos.

En el senado de la república, tan solo para los siguientes meses del ejercicio fiscal en curso, los recortes presupuestales implican la reducción de mil 470 a 870 millones de pesos los cuales se verán reflejados en la desaparición de rubros como gastos médicos mayores, seguro de separación, complemento de aguinaldo y evaluación de desempeño.

La posibilidad de que MORENA se adjudique la presidencia del Comité de Administración de la Cámara de Diputados podría traer consigo recortes presupuestales que irían desde el sueldo de los legisladores, la desaparición de comisiones especiales que tienen partidas presupuestales asignadas, la cancelación de arrendamientos inmobiliarios, vehículos terrestres y aéreos; entre otras, que podrían equivaler a un monto aproximado de 2 mil 500 millones de pesos.

Suponiendo sin conceder, que la adhesión de los diputados del Verde hubiese sido pactada a cambio de admitirle la licencia al senador Velasco; la posibilidad real de poner en marcha un programa de austeridad en la cámara baja -bandera política sustantiva de la cuarta transformación del país-, habría tenido el costo de dar marcha atrás a la pírrica victoria de imponer por sólo tres meses la negativa de que el gobernador chiapaneco regresase a su entidad. Esto último sin ningún efecto real sobre las condiciones de vida de los habitantes de aquella entidad.

Quizá sea momento que una buena parte de quienes acompañaron a Andrés Manuel López Obrador en su campaña proselitista y en la construcción del proyecto de Nación que le llevó a la presidencia de la república, aprendan a valorar el tamaño y el sentido de las batallas que deciden emprender. El bienestar de la Patria, su salvación, el fortalecimiento de un Estado tan debilitado como el que recibirán; requerirá seguro de algunas “concesiones menores” en las que la pureza ideológica o los golpes de pecho no serán buenos consejeros.

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