Por: Salvador Hurtado
Pierde Michoacán sus bosques:

Morelia, Mich.- La situación actual forestal es de abandono. Hace algunos años, el bosque estaba en el interés de la mayoría de la población, era común de algunas gentes, denunciar al reparar en el transporte de camiones con trozo bajado de las montañas. Los reporteros de diferentes medios consecutivamente lo informaban al entrevistar al o los titulares de las dependencias del sector para que expusieran al detalle los pormenores para satisfacer la petición y despejar la inquietud ciudadana.

En la actualidad de escritorio, existen propuestas y convenios que según se fundamentan en la ley general de desarrollo forestal sustentable para establecer un mando unificado sin que dé resultados en caso de que exista. Consta una total descoordinación en las dependencias del sector, las que sin ton ni son, nadie se explica cómo trabajan y se ignoran mutuamente convirtiéndose en chambistas, razón por lo cual los bosques del estado, se encuentran a merced de ser talados, transportados e industrializados de forma por demás irregular, ante el deterioro criminal al que han sido expuestos.

De alrededor de tres millones de hectáreas forestales que había en Michoacán hace aproximadamente tres décadas, en la actualidad, algunos expertos aseguran que sólo quedan poco más de un millón doscientas mil hectáreas de bosque, cada vez menos, por lo cual se agudizan en el aspecto social, conflictos de intereses en las comunidades y ejidos, acrecentando la migración de los hombres del campo dedicados a esta actividad, abandonando sus parcelas.

Hace poco más de dos décadas el problema más severo a los que se enfrentaban los bosques era la tala clandestina, luego las plagas y los incendios, pero en la actualidad es el cambio de uso de suelo para actividades agropecuarias y de urbanismo. Lo más dramático en este momento, es la ambición desmedida por establecer huertas de aguacate, el colmo por ejemplo, es el que en zonas aledañas a los santuarios de la mariposa monarca, existen plantíos de aguacate, existiendo una gran pérdida de la biodiversidad en la entidad, agua, suelo, la flora y la escasa fauna silvestre, el cambio climático que en Michoacán ha sido por esa causa severamente alterado. Merece el vital líquido, una investigación y tema aparte, pues las citadas huertas de aguacate, consumen tanta agua, que llegara el día en que el michoacano se matara por obtener un vaso de agua y no es exageración. Esto les vale madre a los responsables en los tres niveles de gobierno, cuando pretendan involucrarse en ello, ojala y no sea demasiado tarde.

“Las autoridades ambientales extrañamente, hacen caso omiso o son irresponsables o se hacen de la vista gorda por no nombrarlo de otra forma, al no cumplir con su trabajo para que no se establezcan más huertas de aguacate. Otro tema importante, sería el de verificar que funcionen correctamente los aserraderos, porque hay mucha madera ilegal y posible complicidad entre los comisariados ejidales, presidentes de bienes comunales y autoridades del ramo, siendo los más afectados, los campesinos forestales.

De continuar la tendencia, en dos décadas, habrá serios problemas pues escaseara el agua caóticamente. Es tiempo de obligar no se sabe, pues existe una anarquía que no se sabe a quién acudir, para que se implemente un modelo de desarrollo sustentable en los bosques, pues los investigadores aseguran se pierden anualmente aproximadamente 60 mil hectáreas de bosque, La meseta purépecha ha perdido más de 60 por ciento de sus recursos forestales; la región oriente más de 40 por ciento, pero lo más grave es que en Uruapan, Pátzcuaro, Tacámbaro, Coalcomán, Peribán, Hidalgo, Ario de Rosales, Tancítaro, Morelia, Charo, Zitácuaro, Villa Madero y Angangueo, se han degradado de manera alarmante las masas forestales, en la misma Meseta purépecha, se cree existen 2 mil aserraderos ilegales.

Se calcula que hay alrededor de 200 mil hectáreas sembradas de aguacate en zonas forestales, donde han continuado con el derribo de árboles en las últimas tres décadas y lo más serio son las regiones que no habían sido tocadas para tal propósito, como Salvador Escalante, Pátzcuaro, Ario, parte de Uruapan, y claro que en la región Morelia que han sido taladas con el propósito de hacerse de dinero a través de este cultivo.