Morelia, Mich., a 16 de Noviembre de 2019
XXXIV ENCUENTRO DIOCESANO JUVENIL
Llenos de alegría jóvenes venidos de toda nuestra Arquidiócesis, de las 7
zonas pastorales, han llegado a este recinto para compartir su fe y la alegría que les
provoca seguir a Cristo. “Con Jesús vivo la Santidad y defiendo la Dignidad Humana”,
es el lema que como hilo conductor anima y da sentido a este Encuentro Diocesano
Juvenil 2019, preparado con la guía e iluminación de la exhortación
apostólica Christus Vivit, Cristo vive, que el Papa Francisco ha dirigido a los jóvenes
del mundo.
Los jóvenes están llamados a descubrir que la gloria de la juventud está en el
corazón más que en la fuerza física o en la impresión que uno provoca en los demás.
Jesús, el eternamente joven, quiere regalarnos un corazón siempre joven, esto
significa que la verdadera juventud es tener un corazón capaz de amar.
Un joven no puede estar desanimado, lo suyo es soñar cosas grandes, buscar
horizontes amplios, atreverse a más, querer comerse el mundo, ser capaz de aceptar
propuestas desafiantes y desear aportar lo mejor de sí para construir un mundo mejor.
Los jóvenes son quienes pueden ayudar a la Iglesia a mantenerse joven, a no
caer en la corrupción, a no quedarse, a no enorgullecerse, a no convertirse en secta,
a ser más pobre y testimonial, a estar cerca de los últimos y descartados, a luchar por
la justicia, a dejarse interpelar con humildad. Los jóvenes son el presente y el futuro
del mundo.
Los jóvenes buscan ansiosos las respuestas a sus inquietudes, necesidades,
problemáticas y heridas. La pastoral juvenil es el ambiente propicio y flexible para
convocar a los jóvenes a eventos, a acontecimientos que les ofrezcan un lugar donde
no sólo reciban una formación, sino que también les permitan compartir la vida,
celebrar, cantar, escuchar testimonios reales y experimentar el encuentro comunitario
con el Dios vivo.
Urge acercarse a los jóvenes con la gramática del amor, el lenguaje que la
gente joven entiende, la cercanía de aquellos que dan la vida, de quien está allí por
ellos y para ellos, y de quienes, a pesar de sus límites y debilidades, viven su fe con
coherencia.
La vida que Jesús les regala a los jóvenes es una historia de amor, una historia
de vida que quiere mezclarse con la nuestra y echar raíces en la tierra de cada uno.
Esa vida no es una salvación colgada “en la nube” esperando ser descargada, ni una
“aplicación” nueva a descubrir o un “tutorial” con el que aprender la última novedad.
La salvación que Cristo regala al joven es una llamada para ser parte de una historia
de amor.
III JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES
El papa Francisco al final del Jubileo de la Misericordia quiso ofrecer a la
Iglesia la Jornada Mundial de los Pobres, para que en todo el mundo las comunidades
cristianas se conviertan cada vez más y mejor en signo concreto del amor de Cristo
por los últimos y los más necesitados. Mañana se celebra en todo el mundo esta
Jornada con el lema: “La esperanza de los pobres nunca se frustrará”. (Sal 9,19). El
lema expresa una verdad profunda que la fe logra imprimir sobre todo en el corazón
de los más pobres: devolver la esperanza perdida a causa de la injusticia, el
sufrimiento y la precariedad de la vida.
Este salmo se compuso en un momento de gran desarrollo económico que,
como suele suceder, también produjo fuertes desequilibrios sociales. La inequidad
generó un numeroso grupo de indigentes, cuya condición parecía aún más dramática
cuando se comparaba con la riqueza alcanzada por unos pocos privilegiados. El autor
sagrado, observando esta situación, dibuja un cuadro lleno de realismo y verdad. Era
una época en la que la gente arrogante y sin ningún sentido de Dios perseguía a los
pobres para apoderarse incluso de lo poco que tenían y reducirlos a la esclavitud. Hoy
no es muy diferente.
La Iglesia, está cercana a los pobres, la condición de los pobres obliga a no
distanciarse de ninguna manera del Cuerpo del Señor que sufre en ellos. Más bien,
estamos llamados a tocar su carne para comprometernos en primera persona en un
servicio que constituye la auténtica evangelización. La promoción de los pobres,
también en lo social, no es un compromiso externo al anuncio del Evangelio, por el
contrario, pone de manifiesto el realismo de la fe cristiana y su validez histórica. El
amor que da vida a la fe en Jesús no permite que sus discípulos se encierren en un
individualismo asfixiante, soterrado en segmentos de intimidad espiritual, sin ninguna
influencia en la vida social (cf. Exhort. ap. Evangelii Gaudium, 183).
La Arquidiócesis de Morelia a través de la Pastoral Social, en especial de
Cáritas, se esfuerza por acompañar y brindar apoyo a los más necesitados. Para la
celebración de esta Jornada Cáritas y el grupo de las Vicentinas, el próximo 23 de
Noviembre en la Colonia Loma Larga (camino a Atécuaro) y en la Colonia Presa de
los Reyes (Morelia), se brindará ropa, asesoría jurídica y psicológica, jornada de salud
(atención médica y medicamentos), despensa y comida.
La esperanza se comunica también a través de la consolación, que se realiza
acompañando a los pobres no por un momento, cargado de entusiasmo, sino con un
compromiso que se prolonga en el tiempo. Los pobres obtienen una esperanza
verdadera no cuando nos ven complacidos por haberles dado un poco de nuestro
tiempo, sino cuando reconocen en nuestro sacrificio un acto de amor gratuito que no
busca recompensa.
Que esta Jornada Mundial se convierta para nuestra conciencia creyente en un
fuerte llamamiento, de modo que estemos cada vez más convencidos de que
compartir con los pobres nos permite entender el Evangelio en su verdad más
profunda. Los pobres no son un problema, sino un recurso y oportunidad para acoger
y vivir la esencia del Evangelio.
+ Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Morelia
Vicepresidente de la CEM