Morelia Michoacán a 31 de marzo de 2019.- Hoy se celebra El Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Colon y en esta jornada las autoridades sanitarias, los profesionales de la medicina y las organizaciones que luchan contra el cáncer nos invitan a tomar conciencia sobre la necesidad de tomar medidas para prevenir el cáncer de colon así como promover programas de detección precoz. El cáncer de colon y recto, a pesar de ser uno de los más frecuentes, se evitarían llevando una vida saludable: alimentación rica en frutas y verduras, reducción del consumo de grasas y de carne roja, ejercicio físico de manera regular, no fumar y evitar el consumo de bebidas alcohólicas. Por otra parte, el cáncer de colon y recto puede desarrollarse durante meses sin producir molestias y, a menudo, cuando éstas aparecen, la enfermedad ya está bastante avanzada. Por eso los programas de detección precoz permiten detectar la enfermedad en estadios iniciales, lo que hace que sea más fácil de tratar y aumenta las posibilidades de curación. Celebremos esta jornada adquiriendo un estilo de vida saludable, que favorezca una cultura de detección precoz, que nos procure una buena calidad de vida. La Iglesia en este caso renueva el compromiso de servir de muchas maneras a los enfermos y cuida de ellos con renovado vigor, en fidelidad al mandato del Señor (cf. Lc 9,2-6; Mt 10,18; Mc 6,7-13). La pastoral de la salud seguirá cumpliendo con su misión necesaria y esencial de atender a los enfermos, a las familias de los enfermos y favorecer que se viva con renovado ímpetu tanto en las comunidades parroquiales como en los centros de atención más excelentes. No olvidemos la ternura y la perseverancia con las que muchas familias acompañan a sus hijos, padres y familiares, enfermos crónicos o discapacitados graves y démosle nuestro acompañamiento.

El Papa Francisco ha firmado El motu proprio sobre la protección de los menores y de las personas vulnerables, la nueva ley para el Estado de la Ciudad del Vaticano, y las orientaciones pastorales. Lo ha firmado y dado a conocer como un primer fruto de la reunión que tuvo con los Presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo, en febrero pasado. Los documentos firmados expresan leyes, normas e indicaciones muy específicas. En el motu proprio, el único de los tres textos para los que la firma papal era indispensable, Su Santidad, Francisco, expresa su deseo de “que todos sean conscientes del deber de denunciar los abusos a las autoridades competentes y de cooperar con ellas en las actividades de prevención y de lucha”, afirmando así un principio significativo. El primero de los tres documentos es la nueva ley en la que el primer artículo contiene una definición precisa y amplia de la categoría de “adultos vulnerables” tratados como menores: “Es vulnerable toda persona en estado de enfermedad, deficiencia física o mental o privación de la libertad personal que, de hecho, incluso ocasionalmente, limite la capacidad de comprender o de querer o de resistirse a quien le ofende”. Entre las innovaciones más significativas del texto mencionamos: La primera se refiere al hecho de que, a partir de ahora todos los delitos relacionados con el abuso de menores, no sólo los de carácter sexual, sino también, por ejemplo, el maltrato, serán “perseguibles de oficio”, es decir, incluso en ausencia de un informe de oficio. La segunda novedad es la introducción de una prescripción de 20 años que comienza “en caso de delito a un menor, a partir de los 18 años”. Otra novedad importante se refiere a la obligación de denunciar y sancionar al funcionario público que no denuncie ante la autoridad judicial vaticana los abusos de los que haya tenido conocimiento, sin perjuicio del sello sacramental, que es el secreto inviolable de la confesión. Esto significa que todos aquellos que, en el Estado y por extensión en la Curia Romana, pero también entre el personal diplomático al servicio de las nunciaturas, desempeñen el papel de funcionarios públicos serán sancionados en caso de no denunciar. Otra innovación importante es la creación por el Governorato, dentro de la Dirección de Salud e Higiene del Vaticano, de un servicio de acompañamiento para las víctimas de abusos, que será coordinado por un experto cualificado. Por lo tanto, las víctimas tendrán a alguien a quien recurrir en busca de ayuda, para recibir asistencia médica y psicológica, para que conozcan sus derechos y sepan cómo hacerlos respetar. A los documentos que acaban de salir a la luz, como se anunció a finales de la cumbre de febrero, seguirá la publicación por parte de la Congregación para la Doctrina de

la Fe de un vademécum antiabuso para la Iglesia universal, y la creación de mecanismos para ayudar a las diócesis que carecen de personal cualificado para tratar estos casos. El propósito de Francisco es claro e inequívoco: La protección de los menores y de las personas vulnerables es parte integrante del mensaje evangélico que la Iglesia y todos sus miembros están llamados a difundir en todo el mundo.

+ Carlos Garfias Merlo