Por Gregorio Ortega Molina
El enorme, el catastrófico error de Echeverría fue propiciar un crecimiento demográfico fuera de todas proporciones; nuestro futuro económico está amarrado a esa decisión (tomada en 1970), porque el milagro mexicano pudo darse el lujo de exportar excedentes agropecuarios y crecer económicamente a un ritmo que causaba admiración en el mundo, pues se trataba de proveer a 35 millones de gobernados, y no a 120 millones como hoy se requiere

Por lógica al poder absoluto corresponden errores de ese tamaño. Señalarlo como homicida histórico, como enterrador del milagro mexicano y detonante de la inflación sin control, por empeñarse en manejar las finanzas desde Los Pinos, equivale a ver la superficie del lío en que metió a los mexicanos, cuyas consecuencias son inconmensurables.

Cuando Luis Echeverría se dispone a asumir la presidencia de México, esta nación tenía 35 millones de habitantes (en números redondos). Diez lustros después prácticamente se cuadruplicó la densidad poblacional. ¿Por qué no se prepararon para ofrecer oportunidades de ser con dignidad, al ritmo en que los nuevos mexicanos lo exigieron? ¿Podían crecer los servicios y la industria en los mismos términos en que las madres mexicanos traían hijos al mundo? ¿La producción agrícola?

No recuerdo las palabras exactas de Luis Echeverría -presidente electo o todavía candidato- en Ciudad Nezahualcóyotl unas semanas antes de su toma de posesión. Hubo alarma, pero no escándalo. La propuesta fue sencilla: poblar México… no debió sorprendernos, el fue jefe de una familia prolífica.

Poblar México, fue la consigna, y me pregunto si así lo propuso de acuerdo con la Iglesia, porque si los presidentes de México anhelan que sus reservas en Banxico crezcan y sean abundantes, y los recursos naturales, como el petróleo, contribuyan a resolver problemas, los prelados buscan tener una gran reserva de almas, de otra manera a quien catequizar.

Aquí me aparece una contradicción entre el decir y el hacer. El presidente piensa en poblar México, y su secretario de Gobernación en establecer orden en el crecimiento poblacional; para ello incorpora a Luisa María Leal a la dependencia a su cargo. El lugar fue el Consejo Nacional de Población.

El enorme, el catastrófico error de Echeverría fue propiciar un crecimiento demográfico fuera de todas proporciones; nuestro futuro económico está amarrado a esa decisión (tomada en 1970), porque el milagro mexicano pudo darse el lujo de exportar excedentes agropecuarios y crecer económicamente a un ritmo que causaba admiración en el mundo, pues se trataba de proveer a 35 millones de gobernados, y no a 120 millones como hoy se requiere.

Naturalmente la Iglesia, los prelados, son corresponsables del hambre, las miserias y la pérdida de fe, porque no es necesario llegar al aborto, para eso existen muchos y muy eficientes métodos anticonceptivos, lo que se requiere es educación para saber cómo disponer de ellos y perder el miedo a las exigencias del cuerpo.

La divinidad provee la inteligencia suficiente para crear métodos anticonceptivos. Los otros los provee la naturaleza, porque esta pandemia, como las anteriores que ha padecido la humanidad, será útil para equilibrar la balanza de la densidad poblacional, y para meditar con seriedad si deben traerse tantos hijos al mundo. Al confiar en el Dios proveerá, deben admitir que los métodos anticonceptivos caben en esa previsión, para evitar recurrir al aborto.

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