Escribe: Javier Lozano

México ha tomado nuevas estrategias para emprender un frente a la pandemia del Coronavirus. El mismo presidente y su equipo de colaboradores se han encargado de atender correctamente las medidas preventivas, asimismo, las recomendaciones sanitarias son precisas y claras a fin de no caer en la información tergiversada; inclusive, la misma Organización Mundial de Salud (OMS), ha hecho énfasis sobre la capacidad del gobierno a utilizar un esquema que tenga magnitud. No obtente, eso ha dado pie a que algunos comunicadores traten de llegar a la sociedad a través de una narración perversa; sin contar, que muchas de ellas navegan en la manipulación de las Fake News.

A veces no hace falta explorar suficiente a fin de darnos cuenta que existen diferencias amplias con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en varios periodistas y analistas. El mismo presidente ha comparado que la orientación y el sesgo de algunos medios de circulación Nacional: atizan sin miramientos el funcionamiento y el contenido para señalar a rajatabla el bosquejo publicitario que ocasiones pareciera llevar un efecto penetrante con la intención de fragmentar a una sociedad; invariablemente del sentido esencial de influir en la noticia con veracidad y objetividad, se considera más sobresaliente extender el impacto y ataque a las acciones del mandatario.
Evidentemente los analistas y medios tienen que manifestarse basándose en un juicio subjetivo; sin embargo, podemos ubicarnos que hay diversos autores que se jactan de envenenar las causas en fundamento a una ideología que encuadra más bien con la idea conservadora que expresa el criterio manipulado y sesgado de la información; aquí, hay numerosos ejemplos de “comunicadores” que han cambiado la narrativa, a veces coherente o incoherente. Consideramos que los tiempos donde había condicionantes, chantajes y clientelismo que se “alineaba” al poder dominante del sistema se ha terminado. Pero quizá el lado más mezquino: es culpar al presidente Andrés Manuel López de la situación sanitaria; en este clima, México se anticipó y actuó rápidamente para implementar un esquema de cuidados.

Sin embargo, el mandatario federal y las intuiciones de salud pública, ejercieron desde semanas antes: las manifestaciones pertinentes para prevenir el virus del COVID-19. A pesar de ello, esta es una contingencia Mundial. Es por ello que la fase 2 que fue declarada el día de ayer, tiene que ser adoptada con mayor responsabilidad; eso constituye que— debemos redoblar esfuerzos a fin de resguardar y contener la propagación; al igual, tomar al pie de la letra las indicaciones y no caer en la manipulación que pretende ver arrodillado al presidente. Al mismo tiempo, es indispensable señalar que el óptimo funcionamiento— ha adoptado una lista de acciones que en la medida beneficiaran, sobre todo, aquellos sectores donde la vulnerabilidad permea de forma exponencial.

¡Estoy con el presidente Andrés Manuel López Obrador! Pero, también señalo esa rabia que se concentra en una camarilla de políticos y comunicadores que se aprovechan de las adversidades con la finalidad de buscar posicionarse; los mismo pasa con figuras públicas, artistas, deportistas que destacan por su espuria. Quienes pretenden sembrar esa incertidumbre: chocan con un bloque social que apoya incondicionalmente al mandatario, porque la actuación radicó rápidamente en una fase sanitaria que dispone de enormes medidas. Ese malestar que irradia simplemente ha fracasado. Querer utilizar el rubro de la salud para capitalizar un estancamiento económico— al adaptar una narración en un supuesto desastre, nos habla de un bloque no nada más de políticos y comunicadores, sino de personas con una moral y ética bajísima.